El Arco de la Paz es un excelente ejemplo de la arquitectura neoclásica. La antigua puerta recuerda al Arco del Triunfo de París y fue construida de manera similar bajo las órdenes de Napoleón en el siglo XIX. Actualmente, el arco constituye una pintoresca entrada al parque Sempione y es una visita obligada para los turistas aficionados a la arquitectura.
Antes de que Napoleón ordenara la construcción del arco, existía una puerta en el mismo enclave. En la época romana, la Porta Sempione era una puerta de entrada a la ciudad en las murallas que rodeaban el centro histórico. El Arco de la Paz que ves actualmente cuenta con 25 metros (82 pies) de altura y 24 metros (79 pies) de ancho.
Puedes llegar al arco a través del parque Sempione o del Corso Sempione, un largo bulevar de restaurantes alineados que te dirige desde el centro de la ciudad. Vale la pena pasar tiempo en el parque, que cuenta con enormes árboles, parterres y jardines salvajes. La vegetación del parque proporciona un telón de fondo perfecto para el arco de mármol, así que ten la cámara preparada.
Acércate al arco para admirar los elaborados diseños en su fachada. Observa el mármol y las estatuas de bronce que representan los acontecimientos históricos más importantes de la historia de Italia, como el Congreso de Viena y la batalla de Leipzig. También verás representados a Marte, Minerva y Apolo. La joya de la corona es una estatua de la Carroza de la Paz, con sus seis caballos, que se asienta sobre la parte superior del arco. La escultura fue tallada por Abbondio Sangiorgio, que también es autor de algunas piezas del Palacio Real y otros monumentos significativos de Milán.
El Arco de la Paz se encuentra en las afueras del centro histórico de Milán. Puedes visitarlo de forma gratuita. Para llegar, alquila una bicicleta y atraviesa el parque Sempione o usa el metro. También encontrarás plazas de aparcamiento en las calles si decides venir en coche. Dirígete después al Corso Sempione, donde podrás disfrutar de pizza y pasta en las trattorias y bares que rebosan de ambiente los fines de semana.