Nada más salir del puerto de Milazzo navegaremos hacia la isla de Panarea, la más pequeña y “fascinante” de las Eolias, con llegada y desembarque en el puerto de San Pietro. Panarea es realmente única por su encanto y belleza.
Desde el puerto hay acceso directo al pintoresco pueblo de San Pietro, con típicas casas blancas dispuestas unas junto a otras, enclavadas en una naturaleza colorida.
Desde aquí, entre los numerosos lugares de encuentro, restaurantes, pequeñas tiendas y boutiques diseminados por las estrechas calles que la atraviesan, es posible llegar a los principales puntos de atracción (a pie o con los típicos taxis locales): la Iglesia de San Pietro -con su valioso mosaico y la terraza desde la que se disfruta de un hermoso panorama-, Drauto, la Cala degli Zimmari -con su particular playa de arena-.
Un camino de escaleras conduce al promontorio de Capo Milazzese y a la sugestiva bahía de Cala Junco, una cala incomparable con colores impresionantes y un mar cristalino que alberga una pequeña playa de guijarros.
Arriba, en el encuadre, un poblado prehistórico de la Edad del Bronce (1400 a.C.) con restos de 22 cabañas de piedra de forma ovalada y una de forma cuadrangular, quizás un lugar de reunión y culto de la comunidad.
** A las 16.00 h hay una conexión directa que te permitirá llegar a la isla de Stromboli.
Durante este enlace atravesarás la antigua caldera volcánica de Panarea, podrás ver los restos volcánicos que han emergido, islotes y rocas que han formado un mini-archipiélago: Formiche, Dattilo, Panarelli, Lisca Nera, Bottaro, Lisca Bianca, Basiluzzo y Punta Spinazzola.
Stromboli, “iddu”, el gigante negro que emerge en toda su grandeza del profundo mar azul. Durante milenios ha sido uno de los volcanes más activos del mundo, con sus “disparos estrombolianos” -explosiones de lapilli, cenizas y magma visibles a intervalos regulares de 15/20 minutos- es como un faro para los navegantes.
Desde el puerto de San Vincenzo “Scari”, inmediatamente atacado, se alternan largas playas negras de guijarros y arena. Desde aquí, una carretera cruza el pueblo y te permite llegar a la Iglesia de San Vincenzo, con su plaza panorámica, frente a la cual puedes ver el Strombolicchio, también conocido como el “abuelo de Stromboli”, sobre el que se encuentra el faro de la isla.
Siguiendo por la misma carretera, es posible llegar a la “Casa di Ingrid”, hoy casa museo, donde se rodó la famosa película “Stromboli Terra di Dio”, de Roberto Rossellini, con Ingrid Bergman.
Al anochecer, mientras que en todas las demás islas la velada se pasa de forma convencional, con un aperitivo, una cena o dos visitas a la discoteca, en Stromboli embarcamos y, pasando bajo la Sciara del Fuoco, es posible contemplar desde el mar el espectáculo de los lapilli incandescentes.
Cuando hay erupciones efusivas, como ocurrió en 2019, el río de lava se desliza por la ladera y desemboca en el mar, liberando grandes columnas de vapor.