Entrada especial con acceso sin colas, más rápida que las entradas con acceso sin colas habituales: visita al Vaticano, la Capilla Sixtina y San Pedro

Quizás se pregunte qué se siente ser un VIP en el Vaticano. No tendrás que hacer cola y pasarás directamente por una entrada privada para socios, cortesía del estatus de socio oficial. La puerta VIP permite reducir las horas de espera habituales en temporada alta. Es mejor dedicar este tiempo a visitar museos y a escuchar a un astuto historiador de arte mientras devuelve la vida a antigüedades ancestrales.

Los Museos Vaticanos son diferentes a cualquier otro museo. Por eso estás allí. Tienen ese toque extra especial por el que otros museos intercambiarían una exposición estrella. Te encuentras en la sede central de una de las principales religiones del mundo. Están ubicados en su propio y especial país. En las salas hay 70.000 creaciones que son obras de arte en sí mismas. Lo último que necesitas es que alguien te aburra hasta la saciedad con datos que podrías haber buscado en Google sobre Miguel Ángel.

Nuestros guías son navegantes del Vaticano. Saben que cada obra de arte se ha elegido por razones muy concretas. Comprenden la evolución del arte: desde las esculturas paganas hasta los frescos renacentistas que desprenden simbolismo cristiano. Son los guardianes del lugar. Hacen más que físicamente guiarte por un vestíbulo desde la Capilla Sixtina hasta la Basílica de San Pedro. Cualquiera podría hacerlo. Tienen el tipo de comprensión general y pasión por los pequeños detalles que pueden conectarte en un segundo con la intención de los artistas. Este tipo de experiencia se forja a partir de años de estudio, millones de pasos por el Vaticano e intensos debates con otros.

Este es el tipo de sentimiento VIP que puedes tener.