Construido en el siglo I a.C., el templo romano de Minerva es uno de los mejores ejemplos de arquitectura clásica en toda Italia que podrás admirar en tus viajes a Asís. Antes de adentrarte en este edificio, que ha dejado asombrados a un gran número de artistas a lo largo de la historia, párate a contemplar su fachada. El maestro florentino Giotto representó el templo en uno de sus famosos frescos de la basílica papal de San Francisco. El filósofo y poeta alemán Goethe dijo de él que era “tan perfecto en su diseño que podría decorar cualquier sitio”.
Construido durante la época de Augusto y abandonado tras la caída de Roma, el templo de Minerva fue ocupado y restaurado por los monjes benedictinos en el siglo VI. En el siglo XIII, el templo pasó a manos del ayuntamiento de Asís, que lo utilizaba como sede administrativa y, más tarde, como cárcel municipal. El interior fue restaurado y dedicado a la virgen María por orden del papa en 1539, antes de su renovación en estilo barroco durante el siglo XVII. Del mismo modo que el Panteón de Roma, el templo de Minerva debe su buen estado de conservación a su transformación en iglesia durante la época medieval. Recuerda su larga historia mientras lo admiras desde la Piazza del Comune, antes de entrar a ver su interior.
La bonita fachada del templo está decorada con seis columnas estriadas que sostienen espléndidos capiteles corintios. Adéntrate en el templo y prepárate para que su impresionante interior barroco te deje sin palabras. Mientras paseas por la iglesia, que ahora recibe el nombre de Santa Maria sopra Minerva, fíjate en los coloridos frescos que decoran las paredes.
El templo romano de Minerva se encuentra en el lado norte de la Piazza del Comune, la más importante de Asís. La entrada al templo es gratuita abre todos los días, con una pausa a la hora de comer.