Cuando organices tu viaje a Ciudad de México, no dudes en reservar tiempo para visitar el Templo Mayor cuando adquieras una oferta. Descubrirás la historia de una ciudad antigua y un templo que los aztecas consideraban el centro del universo.
El Templo Mayor fue, en sus orígenes, el centro religioso de la ciudad azteca de Tenochtitlán. Los conquistadores españoles del siglo XVI destruyeron tanto la ciudad como el templo. Ciudad de México se construyó sobre sus ruinas, por lo que el Imperio azteca quedó oculto durante siglos. El Templo Mayor volvió a ver la luz por fin en los años setenta y, en la actualidad, es uno de los yacimientos históricos más importantes de la zona.
Visita el museo del recinto, donde se conservan las reliquias que descubrieron los arqueólogos mientras excavaban en el yacimiento de la antigua ciudad. Las exposiciones, divididas en ocho zonas, ofrecen una muestra de cómo era la vida durante el Imperio azteca. Cada una de las zonas trata sobre un aspecto del Templo Mayor, desde los rituales y la economía hasta la agricultura. No te pierdas la reconstrucción a escala que se muestra en la entrada del museo, ya que permite comprobar qué aspecto tenía originalmente el Templo Mayor.
Hay disponibles visitas guiadas, pero debes reservarlas con antelación. La tarifa de la entrada incluye los museos y las ruinas, para que conozcas a fondo toda la historia del recinto.
El lugar está repleto de estructuras notables, incluidos templos, santuarios y pirámides. El diseño del Templo Mayor se inspira en una montaña mítica llamada Coatepec, que significa “la colina de la serpiente”. Es por esto que su arquitectura está llena de referencias a serpientes y reptiles. En el templo se solían celebrar sacrificios humanos. Podrás comprobarlo si visitas el santuario Tzompantli, un gran muro cubierto con las calaveras de las víctimas.
Los arqueólogos descubrieron también edificios residenciales, un campo deportivo y otros templos, así que dedícales el tiempo necesario para no perderte nada.
Los aztecas creían que el Templo Mayor era, literalmente, el centro del universo. Hoy en día no podemos decir tanto, pero sí que se considera uno de los principales focos de historia prehispánica. Se encuentra convenientemente situado a pocos minutos de la plaza principal de Ciudad de México, el Zócalo.