El Pont Neuf es uno de los puentes más famosos y bellos de París. Esta estructura ha sido símbolo de la ciudad durante más de cuatro siglos, y no deja de atraer a multitud de turistas y lugareños.
Pont Neuf se traduce como “puente nuevo” pero, a decir verdad, ya tiene bastantes años. Su construcción comenzó en 1578, bajo el mandato del rey Enrique III, pero no se inauguró hasta 1607, durante el reinado de Enrique IV. Con una longitud de 232 metros y una anchura de 22, fue el primer puente de París que se construyó con pavimento.
Para disfrutar de las mejores vistas de Pont Neuf, dirígete al Puente de las Artes, un puente peatonal cerca del Louvre, famoso por los candados que adornan su barandal. Desde aquí verás los 12 arcos de Pont Neuf en todo su esplendor. Observa las dos arcadas separadas: una conecta la ribera izquierda con la Île de la Cité y la otra une la isla con la ribera derecha del Sena.
Fíjate también en la decoración de los arcos, compuesta de numerosas figuras y gárgolas grotescas. Algunos dicen que estas figuras representan las deidades del río, mientras que otros afirman que son una representación cómica de los civiles que solían deambular por el puente. La mejor forma de ver las gárgolas es pasando por debajo. Embárcate en una travesía por el Sena y las verás bien de cerca.
Pasea por el puente y disfruta de las hermosas vistas del Louvre, las Tullerías y los grandes almacenes La Samaritaine. En el punto en el que el puente se une a Île de la Cité, busca la estatua ecuestre de Enrique IV. Se trata de una réplica de una escultura anterior, que se derribó durante la Revolución Francesa. Puedes hacer un pícnic en el pequeño parque del centro, que se conoce como Place du Vert-Galant.
El Pont Neuf cruza el río Sena en el centro de París y te lleva a la Île de la Cité, donde se eleva la catedral de Notre Dame. La estación de metro más cercana a Pont Neuf la tienes en la ribera derecha.