A menudo se dice que, si no has estado en la Plaza del Charco, es que no has estado en Puerto de la Cruz. Esta bonita plaza bordeada de cafeterías, restaurantes y bares lleva mucho tiempo siendo un lugar muy popular de reunión para sus habitantes. Se trata del punto de partida perfecto para empezar a descubrir la ciudad y el lugar ideal para descansar al final del día y, sencillamente, ver a la gente pasar.
La Plaza del Charco recibió oficialmente su estatus de plaza en el siglo XVIII, pero ya era un importante lugar de reunión cuando la ciudad daba sus primeros pasos. Según se dice, su nombre se debe a un charco de agua marina que se acumulaba en la plaza durante la marea alta.
Fíjate en el frondoso ñame que se eleva en el centro, rodeado de un estanque y una fuente. Después, recorre las zonas pavimentadas que atraviesan el entorno o descansa sobre uno de los bancos de piedra del siglo XIX. Durante su construcción, se importaron ejemplares de laurel de la India desde Cuba y también palmeras para crear agradables zonas a la sombra.
Las terrazas de las cafeterías invitan a tomar algo y a contemplar la actividad de la plaza. Vuelve por la noche para disfrutar de una copa de vino y de la música de los artistas callejeros.
La plaza es el lugar perfecto para entrar en contacto con la ciudad antes de comenzar a descubrir sus rincones. Hacia el oeste se encuentran las principales calles comerciales y una buena colección de edificios canarios del siglo XVIII.
Uno de los mejores momentos del año para visitar la Plaza del Charco es el Carnaval, en primavera, cuando se llena de celebraciones y de color. No te pierdas el Entierro de la Sardina, una animada procesión que termina con fuegos artificiales y la quema de una enorme sardina. También se organiza una divertida maratón de hombres con tacones que empieza y termina aquí.
La Plaza del Charco está situada en el centro de Puerto de la Cruz. Puedes llegar fácilmente en autobús local o en taxi.