La playa de Guincho es una amplia franja que recorre el océano Atlántico y que no puedes perderte en los viajes a Cascaes. Los fans de las películas de James Bond seguramente la reconozcan de la escena inicial de 007 al servicio secreto de su Majestad. Si bien la zona es mucho menos peligrosa que lo que se muestra en el largometraje de acción de 1969, Guincho ofrece una experiencia decididamente más aventurera que las playas protegidas de Cascaes y Estoril, en los alrededores.
En los meses de verano, aquí soplan fuertes vientos del norte que la convierten en un rincón muy popular entre los aficionados al windsurf y el kitesurf. De hecho, ha sido sede de la copa mundial de windsurf y suele acoger numerosos eventos de surf y bodyboard. En primavera, otoño e incluso en invierno, la playa atrae a aquellos que buscan surfear las altas olas que generan los vientos del este.
Si eres nuevo en este deporte, quizá quieras recibir clases en una de las escuelas de la zona. La mayoría también ofrecen alojamiento, reparaciones y alquiler de equipo.
Si el viento es demasiado fuerte para surfear o tomar el sol, siempre puedes dar un paseo por la arena y respirar el aire fresco del océano. La playa de Guincho se halla respaldada por dunas y senderos fáciles de recorrer que te llevarán hasta el cabo de la Roca, el punto más occidental de Portugal y también del continente europeo. En él se levanta un faro de aspecto llamativo y serpentean estimulantes rutas que recorren el acantilado. Te recomendamos cambiar durante un día las sandalias por unas buenas botas y dirigirte hacia el interior para seguir los senderos boscosos del Parque Natural de Sintra-Cascaes, en los alrededores.
La playa de Guincho se encuentra en la costa portuguesa de Estoril, a unos 34kilómetros de la capital, Lisboa. Puedes llegar en pocos minutos en coche desde Cascaes, un antiguo pueblo de pescadores que, en la actualidad, es un popular centro turístico con tiendas exclusivas y elegantes hoteles.