Montmartre, que quiere decir “monte de los mártires”, mantiene una larga relación con la comunidad artística parisina y ha sido fuente de inspiración para muchas películas, como Amélie, Moulin Rouge y La vie en rose, la película biográfica sobre Édith Piaf. En sus orígenes fue un pueblo del extrarradio parisino que, a mediados del siglo XIX, se convirtió en un refugio para artistas tan célebres como Dalí, Modigliani, Toulouse-Lautrec, Monet, Picasso y Van Gogh.
Muchos de los lugares que frecuentaban aún siguen en pie. El Museo de Montmartre, que fue vivienda y taller de Renoir, alberga hoy una diversa colección de documentos históricos, como manuscritos, cartas, carteles, fotografías y objetos arqueológicos.
Los clubes nocturnos, cabarés y burdeles formaban parte del tejido social del barrio y aún siguen presentes, en concreto a lo largo del estridente Boulevard de Clichy. En Montmartre se encuentra el mítico cabaré Moulin Rouge, que abrió sus puertas en 1889. Actualmente se hacen dos sesiones por noche, que ofrecen un espectáculo con sabor al siglo pasado aderezado de trajes elaborados, canciones dramáticas y patadas altas de cancán.
El monumento más famoso de Montmartre es la Basílica del Sacré Cœur (en francés “sagrado corazón”), que se alza sobre la “butte de Montmartre”, la colina más alta de la ciudad y que da nombre al barrio. En el interior de la basílica se puede contemplar uno de los mosaicos más grandes del mundo, “Cristo Majestad”. El diseño de su majestuoso órgano es obra de Aristide Cavaillé-Coll, que también creó los órganos de Notre Dame.
Durante la visita del barrio, el Espacio Dalí es parada obligada para los amantes del arte, que está situado a solo unas calles al oeste de la basílica. Alberga una exposición permanente dedicada a Salvador Dalí e incluye más de 300 obras del artista, entre las que figura la colección escultórica más importante de Francia.
El mejor momento para visitar Montmartre es los días de entre semana, pues las calles no están tan atestadas de gente. Sin embargo, hay un momento en el que sí es interesante mezclarse entre la multitud: las Fêtes des Vendanges (fiestas de la vendimia) de octubre, en las que Montmartre celebra la cosecha de su propio pequeño viñedo entre desfiles de músicos y bailarines, puestos de productos regionales y los espectáculos de fuegos artificiales que tienen lugar durante varias noches.
Montmartre se encuentra en la zona norte de París, en lo alto de una colina de unos 130 metros de altura. Puedes subir las escaleras en una espectacular ascensión ladera arriba, coger el funicular o conducir hasta el barrio. Esta es una zona que invita a perderse: despliega el mapa en algún punto de la visita y échate a recorrer a sus estrechas calles empedradas. Si te cansas de subir tanta cuesta, puedes coger el “petit train de Montmartre”, el tren en miniatura que va traqueteando y enlazando los principales enclaves turísticos del barrio. Es un servicio de pago de ida y vuelta que dura 35 minutos y que sale de la Place Blanche con frecuencias regulares a lo largo del día.