Los glamurosos excesos de la familia Grimaldi han hecho del Palacio del Príncipe (Palais Princier) de Mónaco un auténtico monumento. Los Grandes Apartamentos son durante gran parte del año un museo en el que se pueden contemplar las alegres pinturas al fresco que visten su decoración, así como sus espectaculares lámparas de araña. Anímate a recorrer sus pasillos e inmaculadas habitaciones y no tardarás en imaginarte a ti mismo como un miembro más de la realeza.
La familia Grimaldi se mudó aquí a finales del siglo XIII, aunque este palacio ya existía desde finales del siglo XII. Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones que han ido habitando este lugar han dejado huella en su decoración. De hecho, es perceptible una ecléctica colección de estilos a medida que se pasea por el edificio. Hoy en día continúa siendo el lugar de residencia del príncipe Alberto II, jefe de estado de Mónaco.
Pasea por la plaza del palacio, que te acercará a la residencia real y trata de identificar los diferentes estilos que decoran el edificio y que se hacen patentes ya desde sus inmediaciones. Observa cómo los soportales y las elegantes paredes en tonos pálidos contrastan a la perfección con la torre de piedra grisácea y de origen medieval que se erige en el otro extremo. Anímate a presenciar el cambio de guardia que tiene lugar al mediodía y que supone un espectáculo militar que atrae a cientos de espectadores.
Dentro del palacio, podrás acceder a una docena de los Grandes Apartamentos, pues se encuentran abiertos al público. Maravíllate con las pinturas al fresco que decoran algunos de sus techos y admira las obras de arte que visten sus paredes, donde encontrarás piezas de maestros como Breugel y Mignard. Recuerda que cada habitación del palacio tiene su función. La Galería de los espejos, por ejemplo, se utiliza para distracción de los jefes de estado que acuden de visita.
Descubre el árbol genealógico de la familia Grimaldi de la mano de los retratos que decoran la Sala azul. En una de sus alas, se encuentra el Museo Napoleónico, que expone algunos recuerdos que en su día pertenecieron al famoso emperador francés.
En verano, acércate a los jardines del palacio, pues ahí se celebran varios conciertos. La Orquesta Filarmónica de Montecarlo realiza conciertos de música clásica durante los meses de julio y agosto. Hazte con tu entrada y regálate una velada bajo las estrellas mientras te deleitas con sus relajantes sinfonías y sonatas.
El Palacio del Príncipe se encuentra en Mónaco, a escasos 15 minutos a pie de la estación. Si no te apetece caminar, puedes subirte a un autobús y bajarte en la parada Chapelle de la Visitation.