Las cascadas de Cheonjeyeon, una de las muchas atracciones de la zona de Seogwipo, son una serie de tres cascadas diferentes que nacen en una cueva situada en un acantilado y que desembocan en el mar. A través de un sendero que pasa por el bosque podrás acceder a muchos miradores desde los que podrás ver las cascadas en sus diferentes fases.
En el punto más alto verás cómo surge el agua del techo de una cueva antes de caer 21 metros en su primera cascada hasta llegar al “Estanque de los Dioses”. El nombre del estanque deriva de la creencia de que, por las noches, descienden siete ninfas para bañarse allí. Durante muchos años, la gente se bañaba o tomaba agua del estanque, ya que pensaba que tenía propiedades curativas, pero ahora ya no se puede acceder a él. Si quieres bañarte allí, visita las cascadas en el mes de mayo de los años pares, cuando, solo por un día, durante el Festival de las Siete Ninfas, el estanque se abre para los bañistas.
Desde el Estanque de los Dioses, el agua hace su siguiente y más espectacular descenso al caer 30 metros a un río que luego desemboca en el mar.
Si te interesa la botánica, observa las exóticas especies de juncos y helechos que crecen en las grietas de las rocas cerca del río. El helecho Psilotum nudum y los juncos de solipnan son algunas de las plantas que prosperan en el clima húmedo de la zona del río.
Atraviesa el valle hasta llegar al puente de Seonimgyo, que conecta a los visitantes con el complejo turístico de Jungmun. Las siete ninfas de la leyenda están talladas en el lateral del puente. Ahí también encontrarás la torre octogonal de Cheonjeru. Una pintura realizada en uno de los lados de la torre cuenta la leyenda de las siete ninfas.
Las cascadas de Cheonjeyeon están a 40 minutos en coche al sur de la ciudad de Jeju. Para entrar, debes comprar un billete en el Jardín Botánico Yeomiji y seguir el sendero que atraviesa el bosque. Para contemplar las cascadas en su mejor momento, visítalas después de un período de lluvias. Las cascadas están abiertas todo el año.