El Arco de Constantino, un bonito recordatorio de una antigua civilización poderosa, se alza al final de la histórica Vía Sacra. Las dimensiones de este impresionante arco te sorprenderán ya desde la distancia, pero al acercarte podrás observar además los grabados que representan una de las mayores batallas de la antigua Roma.
Este imponente arco se levantó para conmemorar la victoria del emperador Constantino en la batalla del Puente Milvio. Constantino derrotó a su rival y coemperador Majencio en 312, y el arco se terminó de construir tres años después. Es uno de los monumentos antiguos más fascinantes de Roma.
Sitúate frente al arco y fíjate en las ocho estatuas a tamaño real de los prisioneros dacios colocadas en lo alto de las columnas que rodean el arco principal. Como muchos otros elementos del arco, estas estatuas fueron saqueadas de otros monumentos anteriores, creados en honor de emperadores más antiguos.
Otra característica interesante del arco son los relieves circulares sobre las entradas laterales. Estos relieves adornaban un antiguo monumento al emperador Adriano. Si te fijas en ellos, podrás ver al emperador Constantino cazando un león y un jabalí, o haciendo sacrificios en honor de deidades como Hércules o Apolo.
Admira el elaborado friso que decora una parte del arco inferior. Se trata de otro de los elementos más destacados del arco, y en sus grabados se representa el camino a la victoria de Constantino sobre Majencio. Es increíble la atención por el detalle que se puso en las ocho imágenes. Hay un grabado del asedio a Verona y otro del emperador repartiendo dinero entre la gente.
El Arco de Constantino se encuentra en la Vía Sacra, junto a Coliseo. Puedes llegar en metro desde la estación Colosseo, o andando desde el centro.