Incluso sin el pico que solía hacer de esta montaña la quinta más alta de Estados Unidos, el Monte Santa Helena ofrece un impresionante espectáculo. La devastadora erupción del 18 de mayo de 1980 redujo drásticamente la altura de este volcán aún activo en 400 metros hasta los 2.550. A pesar de que el flujo de gas y roca derivado de la erupción asoló los alrededores, la flora y la fauna de la zona se están regenerando y los ecosistemas también están en proceso de recuperación.
En el Monte Santa Helena encontrarás dos oficinas de turismo diferentes: Silver Lake Visitor Center, donde podrás ver un vídeo de 16 minutos en el que se explican los detalles sobre la erupción, y Forest Learning Center, un centro informativo que se encuentra más adelante en la carretera y en el que aprenderás sobre los proyectos de regeneración que han tenido lugar en las décadas posteriores a 1980. Este también es un buen sitio para observar el elegante alce en su entorno natural.
Puedes contemplar el volcán desde ambas oficinas, pero la vista más espectacular la puedes disfrutar desde el Observatorio Johnston Ridge, en el corazón de la zona de la erupción. Desde aquí podrás observar el cráter o bien coger un helicóptero para verlo desde el aire. Algunas oficinas de turismo son de pago y cierran en invierno.
Si te gusta el senderismo, aprovecha los caminos que rodean el lago Coldwater o, si eres muy valiente, sube al propio volcán. Para hacerlo necesitarás un permiso y hay establecido un máximo de 100 personas al día.
Es posible visitar el Monte Santa Helena en un solo día desde Portland, pero también puedes quedarte y acampar en el Parque Estatal Seaquest, una zona de acampada todo el año a orillas del lago Silver. Haz senderismo o monta en bici por los boscosos caminos y quizá consigas ver animales salvajes como alces, halcones, pájaros carpinteros e incluso coyotes y osos.